Señora o Señorita

Esto no es reciente, hace ya algún tiempo corre por mi mente esta duda existencial: ¿qué diferencia a una señora de una señorita?

Cuando era chica pensaba que era el estado civil. Es fácil, si estás casada, eres señora, si estás soltera, eres señorita. La cosa se me empezó a complicar cuando las mujeres no usaban sus anillos de bodas por miedo a los robos.

Entonces ya una no sabía si la mujer a la que se dirigía tenía detrás de ella el respaldo de un varón que la haga una respetable señora, o era una triste señorita que esperaba que algún ser superior la haga su esposa y la convierta en respetable.

Así las cosas, comienzan los cálculos a ciegas: si es muy jovencita debe ser señorita y si es mayor, debe ser señora. Las pocas veces que te equivocas, las jóvenes te dicen «soy señora» y te cuentan que efectivamente cuentan con un varón que las adquirió mediante sendos papeles firmados ante el altar y ante el Alcalde.

El problema surge cuando le dices «señora» a una mujer sólo porque la ves mayor. Ahí ella se voltea un poco seria y te dice «soy señorita». Como quien dice «¿tan vieja me ves que supones que ya me casé?». Una que es listilla, se inventó un truco infalible: le decía a todas «señorita», de modo que las muy mayores y solteras, se crean que no parecen tan mayores para ser solteras y todavía guarden la esperanza de que un varón las firme como suyas.

Ahora que mi propia vida me ha demostrado que un varón firmándote un papel no altera el respeto que sientas por ti misma ni el que sienten los demás, una nueva diferencia me viene a la mente. La palabra «señora», como la palabra «señor», son palabras de respeto. Entonces, yo a todas las mujeres que respeto les digo o me refiero a ellas como «la señora» independientemente de su estado civil.

No se me malinterprete, no le digo «señorita» a las mujeres que no respeto… les digo «señoritas» a las mujeres que van en camino a respetarse a sí mismas y a ser lo suficientemente sólidas como para merecerse el respeto de los demás, hay que merecerse ser «señora». Y claro, en este grupo se incluyen las adolescentes y chicas muy jóvenes que tienen carteras rosas llenas de adornos, adoran a RBD y consideran arte la música de High School Musical: prejuicios que tiene una.

¿Y yo? Yo, soy una señora.

No te pierdas: Señora o Señorita II

 

Gracias a todas las que escriben sus comentarios, son muy valiosos para mí y significan mucho… ¡gracias!