De Consejos

Como ya es habitual en mí, me robo directamente y sin escalas el tema del post del 25-07 de Dessjuest que habla de la manía que tenemos los humanos de dar consejos a quien no los pide.

Y bueno, una tiene que pegársela de original y bla bla bla. Así que voy a decir unos pocos consejitos que me han dado y que directamente no he escuchado y cómo me ha ido.

– «No abras las piernas, que luego para qué va a comprar la vaca quien tiene la leche gratis».

Este consejo podría parecer de mi abuela, pero no, mi abuela no se mete con mis piernas. El consejo venía de una compañera de la universidad. Directamente paso de él, ¿por qué? pues a saber: (1) no soy una vaca, (2) no estoy en venta, (3) no regalo leche.

– «No comas nada que haya pasado ya la fecha de expiración».

Este sí ya lo hemos deshilachado en el blog de Money, pero me sirve para linquearla y para contarles que si cortas la parte verdecita del pan caducado, no pasa nada… sanota que estoy.

– -«Toma sopa».

Yo de Mafalda tengo, no lo lista y precoz, sino que no me gusta la sopa. Es una mala palabra en mi vocabulario, así que es un castigo enorme y siempre lo ha sido. No le veo utilidad (la excepción son los caldos de pollo que #todomundosabe que curan la gripe). Cuento como punto a mi favor que gente especialista discuta y ponga en duda los valores nutricionales del plato en mención, así que ante la duda, inacción, yo no tomo sopa hasta que me demuestren científicamente que es nutritiva, adelgazante y ya puestos a exigir, cura el hambre mundial y trae la paz al globo terráqueo.

– «Cierra las ventanas que estás resfriado»

Confieso que he caído en este error. No sé en sitios donde congele, pero en Lima que no bajamos de 15°C en el más crudo invierno, ni subimos de 30°C en el día más caluroso del año, la cosa es así. Un día mi TesoroDeMiCorazón se enfermó y era muy chiquito, así que como somos millonetis (bueno, no, pero por él no se escatima) hicimos venir a su pediatra, y lo primero que nos dijo era que lo estábamos cocinando en su propio virus, que abramos las ventanas y que circule el aire y desinfecte la habitación. Fue un descubrimiento total para nosotr@s en casa. Y desde ese día no cerramos nada, y viviendo en un clima muy húmedo, él no ha desarrollado la horrible alergia característica de los limeños, que hablan siempre como si tuvieran muchos mocos en la nariz.

 Este último consejo lo he dado yo y no me han hecho caso: «salir conmigo es muy complicado, piénsatelo bien qué es lo que quieres». Bueno, el receptor de mi consejo es insensato pero me ha dicho «ya lo he pensado, ya lo sé, y me gustas». Me libero de responsabilidades.

En fin, hay muchos consejos que tampoco vale la pena oir.

¿Alguien coopera con anécdotas personales?